9 ago 2015

Visita a Viena en 5 días

Visita a Viena en 5 días


¡Hola aventureros! Me llamo Amanda, tengo 20 años, vivo en Madrid y estudio Ciencias Experimentales. Acostumbro a hacer viajes con David desde que salimos juntos, pero como éste lo hice por mi cuenta, me pidió dejar plasmado en Let's Adventure el viaje con el fin de orientar un poco a todo aquel que visite Viena.

Hace dos semanas fui a la capital austriaca con mi hermano a ver a mi prima y su pareja, que viven allí desde hace más de dos años. Apenas han sido cinco días, pero nos ha dado tiempo a establecer un primer contacto muy bueno y agradable con la ciudad. Aunque he de decir que la impresión que me llevo de Viena quizás no es la misma que la que pueda tener otra persona, porque esa semana en concreto hizo un calor infernal nada típico de Austria, y ya sabéis que con sol todo parece más bonito. Aun así creo que no hay que quitarle mérito alguno a esta ciudad.


Día 1: Seegrotte

Según me contaron mis guías turísticos particulares, esta cueva donde se localiza el lago subterráneo más grande de Europa (6.200 m2) no es de lo principal que suele visitarse cuando vas a Viena, muchas personas no conocen su existencia, y, personalmente, creo que merece la pena verla.
Fuimos en tren hasta Mödling, y de ahí en bus hasta Hinterbrühl.

Hace bastante frío dentro (unos 9º C), por lo que es aconsejable llevar ropa abrigada. Aunque por eso no hay que preocuparse, ya que venden mantas justo antes de entrar por 0,50€. La entrada cuesta 10€, y la visita guiada la dan tanto en alemán como en inglés.
La cueva consiste en una antigua mina de yeso, hasta que una explosión provocó la entrada de unos 20 millones de litros de agua, dando origen al lago. Dato histórico interesante: Hitler utilizó Seegrotte como fábrica secreta de aviones durante la Segunda Guerra Mundial, y se estima que en torno a 2.000 prisioneros de campos de concentración trabajaron en dicha cueva.
El final de la visita es un paseo en barca.
El final de la visita es un paseo en barca.

Día 2: Stephansdom y Palacio Imperial de Hofburg

Como era lunes, lo primero que hicimos mi hermano y yo fue sacar un abono semanal para movernos por la ciudad en transporte público (tren, metro, tranvía, autobús). Aunque sólo íbamos a utilizarlo hasta el viernes, compensaba, y mucho. Te vale para un número ilimitado de viajes, y acostumbrada a dejarme una pasta por el transporte en Madrid, pagar 16€ me supo a gloria. Una de las cosas que más me gustó es que no hay tornos por los que pasar el billete, no pierdes el tren o el metro por tener que validarlo por el chisme. Y si lo pierdes, tampoco hay que desesperarse, porque pasan con bastante mucha más frecuencia que en Madrid (si quitamos Atocha y poco más). Vamos, tienen un sistema de transporte público bastante bueno, qué más quisiera yo en mi ciudad.
Catedral de St. Stephan
La catedral de St. Stephan está ubicada en pleno centro, en cuanto sales de la estación de metro Stephansplatz (línea U3) te la encuentras de frente. Cuesta 4,50€ subir a su torre, la más alta de Europa en su momento de construcción. 
Esto es sólo una parte de las impresionantes vistas que os esperan tras 343 escalones de subida.
Cuando bajamos fuimos a reponer fuerzas al Happy Noodles, en Schwedenplatz. Aparte de estar muy rico, también es barato. Mi caja era con verduras y costó 3,80€ si no recuerdo mal.
Después de reposar la comida, fuimos caminando al Palacio Imperial de Hofburg o residencia de invierno de los Habsburgo y otra gente de la realeza. Es el palacio más grande de Viena. Aquí se puede visitar el museo de la emperatriz Sissi (al que no entramos por no ser una prioridad).
Palacio Imperial de Hofburg
Más tarde nos sentamos en una terracita del Zanoni & Zanoni a tomar algo refrescante para combatir el calor y probamos la famosa tarta Sacher, la favorita de Sissi. Estaba bastante rica, aunque la nata en Austria deja mucho que desear, no es nada dulce.


Día 3: Schönbrunn Palace y Augarten

Probablemente es la atracción turística que más me gustó, Schönbrunn Palace: la residencia de verano de los HabsburgoSus jardines eran inmensos, y estaban muy bien cuidados. En algún lugar entre tanto jardín está uno de los invernaderos más grandes del mundo, (Palmenhaus o Casa de las palmeras),  donde se pueden encontrar gran cantidad de plantas exóticas. También hay un zoo, el más antiguo del mundo.

Tengo que hablaros de la tienda más maravillosa de chocolates en la que he estado. Se encuentra aquíal lado del palacio. Si existen sabores de chocolate en el mundo, están en esa tienda. 
Nuestra gran compra del día
Después de comer mi hermano y yo decidimos ir al Naturhistorisches Museum o Museo de Historia Natural (parada de tranvía: Burgring o Dr.-Karl-Renner-Ring).
Consejo: No vayáis en martes. es el único día que está cerrado (junto con el viernes). Como quedaba muy cerca, fuimos a ver el parlamento  y el ayuntamiento (Rathaus) en su lugar. Se estaba celebrando el Musikfilm Festival (dura todo el mes de agosto) y tenían puesta una pantalla en la que cada noche se proyectaba una película/ópera/cosa. Aunque era por la tarde, había muy buen ambiente, ya que todo estaba lleno de puestos de comida de distintas nacionalidades.
Luego cogimos otros dos tranvías hasta Taborstrasse, para ver el parque barroco más antiguo de Viena: el AugartenNos llamó la atención porque en medio de tal gigantesco parque hay una de las tres parejas de torres antiaéreas o Torres Flak de Viena. Fueron construidas por orden de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial y servían para coordinar la defensa aérea y también de refugio para los civiles. Tras acabar la guerra intentaron derribarlas, pero como se encontraban tan metidas en la ciudad, era imposible hacerlo sin destruir también todo lo que había alrededor.


Día 4: Alte Donau y Copa Cagrana


Debido al inmenso calor que hizo, fuimos a refrescarnos a 'la playa de Viena': el Danubio. Aparte de poder bañarte en una zona del río, Alte Donau cuenta con varias piscinas, una extensión enorme de césped, restaurantes, barcas de remo… Cuesta unos 4€ la entrada a partir de las 13:00, antes de esa hora es un poco más caro. Es un sitio muy bonito para pasar un día de relax. 

Para las 20h, después de que cerrasen las piscinas, fuimos a tomar algo a Copa Cagrana, que es una zona rodeada por el Danubio con bastante marcha y ambiente, y muchos bares. Por el camino pudimos disfrutar de este bonito atardecer:


Día 5: Museo de Historia Natural, catacumbas y Belvedere

Museo de Historia del Arte
Justo enfrente del Museo de Historia Natural se encuentra el de Historia del Arte. Son museos gemelos, exactamente idénticos, tengo entendido que tanto por fuera como por dentro.
El de arte no sé, pero el de ciencias si eres estudiante de entre 18 y 26 años cuesta 5€, la mitad del precio original. Tiene una colección gigantesca de minerales (sí, soy una friki de los minerales. Este curso he tenido una asignatura de Mineralogía y me emocionaba cada vez que reconocía uno a simple vista). Como era lo primero que nos encontramos al entrar nos entretuvimos demasiado  en esas 13748534 salas de piedras preciosas y, cuando creíamos que lo habíamos visto todo y ya nos íbamos, descubrimos que había planta de arriba. (Calculo que para verlo todo bien te puedes tirar 3 horas fácil).

Y es que no en vano está considerado uno de los mejores museos de historia natural del mundo. Aparte de los minerales cuenta con una gran colección de animales disecados (muchos de ellos extintos), dinosaurios, fósiles, meteoritos… La única pega que le pongo es que en todo el edificio no hubiese aire acondicionado.

Después de salir del museo nos dimos prisa para ver las catacumbas de la catedral de St. Stephan. Nuevamente, la visita es tanto en alemán como en inglés, y cuesta 5,50€. A mi gusto se me hizo un poco corta, pero es algo que merece la pena visitar. Esas catacumbas se usaban antiguamente como cementerio de la gente del pueblo. Se pueden ver un montón de esqueletos apilados en celdas, incluso huesos individuales y calaveras formando parte de la pared, en un intento por aprovechar espacio.

La última atracción turística que vimos fue el Palacio de Belvedere, que según Internet fue construido como residencia de verano para el Príncipe Eugenio de Saboya. Una vez más presenta ese turquesa característico, que tengo entendido que es debido a que era el color favorito de algún rey austriaco.

Por mi parte, esto es todo. Espero que os haya gustado. ¡Nos leemos pronto!

1 comentario:

  1. ¡Buen post, Amanda! Si lo has leído y a ti también te apetece participar en Let's Adventure, comunícate a través de la página de 'contacto' y te mandaremos las instrucciones necesarias. ¡Un saludo!

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